Hay cuatro tipos básicos de piel: seca, normal, combinada y grasa, y cada tipo tiene sus características.
Piel Seca: La piel seca se caracteriza por los prors pequeños y un acabado mate (opaco), con poco y nada de grasa o brillo superficial.
Piel Normal: La piel normal es de apariencia sana, textura tersa. Contiene un balance de grasa y humedad, y pocas veces tiene puntos negros, acné o poros tapados.
Piel Combinada: La piel combinada tiene apariencia sana, textura tersa y un poco de grasa en la zona "T" (el área que forma una "T" a lo ancho de la frente y que desciende por la nariz hasta el mentón), con algunas señales de sequedad en las mejillas y los bordes de la cara.
Piel Grasa: La piel grasa resulta cuando las glándulas sebáceas producen demasiada grasa, lo cual da apariencia brillosa a la piel. A veces una sensación grasosa o pegajosa queda varias horas después de limpiarla. También se caracteriza por poros más grandes que los otros tipos de piel, y mayor tendencia al acné, poros tapados y puntos negros.
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